martes, 13 de octubre de 2009


Tengo al menos un millar de historias que contarte, y susurrarte en el oído.

Quiero maravillarte mientras duermes, cuando tu mirada ya no puede fascinarme y nublarme los sentidos.

Hechicera de la niebla soy, y cuando cae la noche escribo.
En papel de piel de seda humana, con lágrimas de una mujer casada y cansada de ser nada, poco más que esclava de un tirano enfurecido.

Te ofrezco mucho más que tres deseos que con suerte han de serte concedidos…
Porque a veces soy estúpida, y todavía creo que el amor se mide más por lo que das que por lo que recibes.
Porque cumples con tu parte, firmando con caricias, el contrato emocional establecido.
Porque la magia existe, te regalo mil conjuros…
Uno por cada parpadeo de tus ojos, de jade trabajado y bien pulido.

Hoy quiero besarte, como besan las estrellas a la afilada luna en la noche persa.

Y despertar el genio confinado en algún lugar secreto bajo tu vestido de princesa del imperio de los besos prometidos.


P.D.: “Hagan el amor sobre alfombras voladoras de salón, el cielo será testigo de las más grandes fantasías y secretos inconfesables”